Hay negociantes muy fuertes, agresivos y poderosos. Ellos saben mucho de negocios, sueñan con grandes fortunas y jamás limitan su ambición. Estos, con seguridad, alcanzaran dinero y fama, pero en el fondo, nunca tendrán paz. La razón es que la negociación no consiste en tomar las cosas y convertirlas todas en su riqueza personal.
La más sabia negociación es cuando la riqueza se comparte, ciertamente con disciplina, pero sobre todo con Amor. Queremos un mundo donde todos seamos ricos, pero esta riqueza tiene que ser nacida desde el corazón.
Todos compramos y todos vendemos pero si queremos ser los únicos dueños, habrá mucha pobreza, tristeza, desolación y hasta amargura. Podemos querer la felicidad y no hay nada malo en alcanzar ganancias, pero cuidando que no halla perdidas en nadie jamás.
Mystic Healing Art
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